Culpa Versus Responsabilidad
En Terapia es bien
común encontrar personas cargadas y agobiadas por una tremenda culpa, sin poder
estar nunca tranquilas con el tema que les aqueja, muchas veces sintiendo que
no hay salida, que debieron ser mejores, que debieron haber reaccionado bien,
que está todo perdido, que no hay perdón para lo hecho, que cualquier cosa que
hagan ellas serán las culpables porque no son buenas, porque no se merecen nada en la vida debido a la culpa que las
aqueja. La culpa además es bastante silenciosa, es un tema que no se conversa
abiertamente y que se dialoga intensamente sólo con uno mismo.
La mayoría de
nosotros ignora que el esfuerzo de salir de un estado culposo hace que el
cuerpo se desgaste, produciendo mucho cansancio físico debido a la constante
actividad mental para tratar de salir de la culpa, pensamientos recurrentes,
argumentos que nos hacen salir de ella y otros que nos vuelven al estado
culposo. Entonces la sensación es de estar inmovilizado, paralizado en la vida.
Además existen otros factores, la persona con culpas no se perdona a sí misma
por cometer errores, su nivel de autoexigencia por lo general es bastante alto.
Se podría decir que un denominador común en los culposos es el perfeccionismo a
través del cual tratan de ser apreciados por los demás por lo tanto, cometer
una falta es un riesgo de perder afecto, aprobación, estima.
La diferencia con la responsabilidad
es que aunque también nos puede pesar sobre la conciencia el habernos
equivocado, no tiene esa connotación terrible de haber hecho algo irreparable y
tan censurable.
Me gusta pensar mejor
que somos responsables de nuestros actos y que podemos tener también la
responsabilidad de reparar algo que no hicimos del todo bien.
El hecho de hacer ver
a una persona que en el momento de cometer un error no tenía la capacidad o
posibilidad de hacer algo mejor, el mostrar la responsabilidad que se tiene sobre
un tema y que hay una posibilidad de ser “responsable de su reparación” causa
un alivio inmediato, saca a la persona de la inmovilidad asfixiante de la culpa
y la hace proactiva en busca de una solución, sintiéndose aliviada, esperanzada
y feliz nuevamente.
Marcela Pezoa
Terapeuta
Marcela Pezoa
Terapeuta