¿Pedir a Cambio
de Qué?
Siempre me han llamado la atención las peticiones
de los sindicatos, y cuando llegan a una huelga, más aún. He pensado por qué
motivo la empresa podría acceder a los beneficios que se piden, que la mayoría
de las veces, no son sólo en relación al aumento de sueldo, sino un paquete
completo de mejoras laborales.
Es cierto también que muchas empresas tienen a sus
empleados en malas condiciones y obviamente estos tienen todo el derecho a
pedir que sus beneficios aumenten.
En nuestro país es bien común ver a las personas
en los noticieros pidiendo una casa, alimento,
ayuda, dinero, trabajo, etc. También en las calles la gente
pide, entre ellos, niños, mujeres, hombres, abuelitos, etc.
La imagen entonces que tienen los Chilenos, a mi
manera de ver, del Estado es de un
gran papá que les tiene que dar algo, se tiene que preocupar, los tiene que
subsidiar, en fin, todo lo que se nos ocurra cabe aquí en el pedir, no hay
limites porque “en pedir no hay engaño”, así que, ¡pidamos!
También pedimos en nuestras casas, oficinas,
amistades, relaciones, y a veces, en exceso. Los niños demandan una cantidad de
cosas increíbles, juguetes, cosas ricas para comer, ropa, materiales, dinero,
tecnología, y al parecer mientras más pasa el tiempo y más avanzamos
económicamente, mayor el pliego de peticiones.
Los que dan se cansan. A veces sienten que son
explotados, abusados, que tienen que dar, y la exigencia de los demás se les
hace abrumadora.
El 23 de Noviembre del 2007 fui a una charla de Carlos
Kasuga que me aclaró lo que me faltaba en esta mirada sobre “el pliego de
peticiones”...él nos contó que en Japón la gente no pide sino que ofrece, y por
supuesto, ¡todos nos intrigamos!
El asunto es que él hablaba sobre la empresa, pero
también lo que decía es aplicable a la vida del hogar. Contaba que en Japón los sindicatos ofrecen a
la empresa sus avances en la producción, soluciones a problemas laborales,
comportamiento, cumplimiento de horarios, a cambio de algo que la empresa pueda
darles....Los empleados mejoraron un 5% la productividad y se comprometen a
avanzar un 2% más durante el año entrante, a cambio de lo cual piden algo.
Si lo llevamos a la vida hogareña, podríamos ver que las demandas de
los niños podrían ser lo mismo.....”Me comprometo a tener ordenada siempre mi
pieza a cambio de una mesada. Ó, me subes la mesada y yo te lavo el auto todos
los sábados en la tarde” esas podrían ser
propuestas de un hijo hacia uno como padre. Lo más frecuente es escuchar
una queja, un lamento como: ¡no tengo dinero o no tengo ropa o me faltan
zapatos, pucha oh!...aunque tenga el closet lleno.
Se pueden otorgar cosas, tiempos, paseos,
diversión y permisos a cambio de buenas notas, y eso es algo que sí hacemos,
sin embargo podríamos extender el modelo a otras áreas para que todos
aprendamos que todo cuesta algo en la vida y que somos responsables de nosotros
mismos. Que las cosas se alcanzan con un grado de esfuerzo y no caen de los
árboles, ni están en macetas, ni los billetes salen solos del cajero redbanc,
ni las chequeras vienen cargadas de dinero.
Contaba
Carlos Kasuga que ésta costumbre de pedir es Latinoamericana, no sólo se
da en Chile y él propone cambiarla. Le encontré toda la razón...hay que dar
para recibir y no al revés.
Marcela Pezoa Bissières
Terapeuta
Interesante. Lo que vemos en Latinoamérica es tal como lo dices, la costumbre, la cultura es de "derechos" y no hay "deberes". Debemos aprender de los japoneses.
ResponderEliminarDice por ahí Jodorowsky: " Lo que das, te lo das...lo que no das...te lo quitas" :)
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