viernes, 23 de marzo de 2012

Otra mirada acerca de las personas Depresivas




Otra mirada acerca de las personas Depresivas

                              
         Tenemos hartos depresivos a nuestro alrededor, al parecer la realidad es bastante dura para ser felices, sobre todo en Santiago que tiene una vida tan desordenada y en soledad en algunos casos.

            El stress por las distancias, mala distribución del trabajo y del horario de éste, la naturaleza criticona y negativa de todos, la falta de afecto, el atochamiento diario, la poca comunicación con los seres queridos, la falta de diversión o entretenimiento, la frustración por el no logro de algún objetivo nos afecta muchísimo. La casi nula educación deportiva de los chilenos, en su mayoría sedentarios, la falta de tiempo a veces para hacer lo que queremos y la poca dedicación que  le damos al cuidado personal son algunos de  los factores que producen depresión en la población
            En otras regiones del país, afecta el clima, el aislamiento, la soledad, la falta de oportunidades que tienen que ver con desarrollar otras áreas de la vida, las pocas posibilidades de desarrollo. 
           
            Hay también personas que tienen un carácter depresivo y ven  la vida en tonos de gris permanentemente, como si nada bueno que  le pase o que logre es suficiente para verla en colores y que vivan donde vivan serán iguales, tendrán una tendencia clarísima a sentirse mal.
            Y hay otras tantas que no son depresivos pero que reaccionan deprimiéndose frente algunos eventos o circunstancias.
            Para ambos casos hay cosas que son comunes, como el sentirse desganado, desconcentrado, sin esperanzas, poco querido, durmiendo mucho o muy poco, angustiado, agobiado, comiendo mal (poco o en exceso), irritable.
             Depresión es lo que llama Adriana Schnake “la enfermedad de los omnipotentes”, y explica que nos deprimimos al ver un anhelo frustrado, al no conseguir el objetivo autoimpuesto sintiendo que somos tan capaces de llegar a él  sea cual sea.
            El depresivo puede ser una persona perfeccionista que necesita ser reconocido , de manera que cuando  hace algo mal, lo que surge es la culpa, se siente responsable que las cosas no hayan resultado, de haberse equivocado. No hay  razón que les haga revivir, ni querer mejorar. Están metidos en un profundo pozo negro, donde no hay por dónde escalar y la luz se ve demasiado lejos, haciéndose inalcanzable a ellos, no tienen fuerzas para llegar a ella.
             Los que rodean al depresivo pierden la paciencia porque no lo entienden y quieren que “piense” de otra forma para salir de este estado. Claro que hay una relación entre pensamiento positivo y estar sano, pero en estos casos, no es suficiente, es como si una fuerza interior negativa y autodestructiva los anclara en el pozo negro sin poder salir.
           
            Creo que un punto importante es el tema de ser autodestructivo, que cuando perdemos algo, alguien, una condición, una situación sintamos que no valemos la pena y que activemos esta facultad de autodestruirnos sí o sí, como diciéndonos, “no lo logro, no soy bueno, no me merezco nada, soy una mugre, no sirvo para nada, estoy demás en esta tierra, todos estarían felices sin mi, ¿¡para qué estoy aquí?! Además, esto que sucede es culpa mía, porque no fui capaz de hacer...o de decir...porque metí las patas donde no debía, me equivoqué, etc.”
     
      De ahí viene que  la desesperanza y la muy baja autovalía hacen que la persona ni siquiera desee hablar, siente que tiene nada que aportar y se visualiza en cualquier lugar mal, por lo tanto, mejor quedarse en su propio espacio. Se aísla para estar a solas con su profunda angustia y pesar sin pedir ayuda.
            Hay ocasiones en que las personas no saben por qué están tristes, desanimadas, deprimidas, no saben de las razones que las llevaron a esta enfermedad.
            Hay otras que una vez llegada la Primavera se empiezan a sentir mal, se acaba la época invernal y ya no hay justificación para estar enclaustrado, viene el buen clima y la vida se hacer hermosa  a
la vista, es tiempo de cuestionamientos personales acerca de la soledad, los amigos, los anhelos de vida y lo logrado...Malos tiempos para algunos...incomprensible para otros.

            Existen diversas formas de salir de una depresión, medicamentos y terapias complementarias en este tema se llevan muy bien. Bueno es en estos casos hacer algún tipo de ejercicio que nos haga desprendernos de la rabia que tenemos, al mismo tiempo sanar emocionalmente es vital, de manera de entender qué nos sucedió, cómo reaccionamos y hacer el cambio necesario para evitar que se vuelva a instalar en nosotros  una depresión. Importantes son las terapias en estos casos, los remedios sólo solucionan los desequilibrios químicos producidos, el resto lo repara una buena mirada sobre si mismo.

                                                   Marcela Pezoa Bissières
                                                        Terapeuta

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